El esguince de tobillo es una de las lesiones más frecuentes en los jugadores de pádel. Un esguince es una lesión de un ligamento del tobillo. Los ligamentos son bandas fuertes de tejido que conectan un hueso con otro y ayudan a mantener sujetas las articulaciones.
Cómo se produce el esguince de tobillo en pádel.
El tipo más común de esguince de tobillo se produce cuando el pie se gira hacia dentro y estira excesivamente los ligamentos de la parte exterior del tobillo.Los esguinces se producen al dañar los ligamentos cuando se realiza algún movimiento brusco.
Este tipo de lesión es especialmente común en el pádel por los constantes saltos, giros, cambios de dirección, arrancadas y frenadas.
Es muy importante dedicar el tiempo necesario para curar bien un esguince, en caso contrario, si el ligamento afectado no cicatriza bien, volveremos a sufrir esguinces en la misma zona en el futuro.
Cómo tratar el esguince de tobillo.
En cuanto al tratamiento inmediato el protocolo a seguir es reposo, hielo, comprensión y elevación. Los analgésicos sin receta médica, como el parecetamol, pueden ayudar a reducir el dolor. Si los síntomas son fuertes, se tiene mucho dolor y la zona está extremadamente deformada e inflamada se debe acudir al médico.
En la mayoría de los esguinces, el hinchazón y las molestias comenzarán a remitir al cabo de unos días. A partir de entonces deberá comenzar a mover el tobillo. Las vendas de comprensión deberán quitarse al cabo de dos días porque limitan el movimiento. Puede que sea necesario acudir al fisioterapeuta para rehabilitar la lesión mediante calor, masajes, ultrasonidos o cualquier otro tratamiento.
Una vez terminado el tratamiento del fisioterapeuta entra en liza el proceso de recuperación y fortalecimiento del tobillo por parte del preparador físico. Primero movilizaciones de tobillo sobre una superficie inestable desde posición de sentado, para trabajar la propiocepción. Para este tipo de ejercicios nos podemos ayudar de una pelota. Una vez dominados estos ejercicios podemos pasar a trabajar de pie, tanto con los ojos abiertos como cerrados (mayor propiocepción), y con diferentes inestabilidades (bosu, roller, fitball…).
Poco a poco vamos incorporando elementos de nuestro deporte, por ejemplo, pequeños golpeos de volea sobre apoyo monopodal o subidos en un bosu, para trabajar así la coordinación y la propiocepción de tobillo. Al estar nuestra atención enfocada en otra acción el tobillo debe trabajar por sí solo de manera natural. En esta fase se podría incorporar toda clase de acciones que se dan en el pádel, giros, saltos, etc…
Continuaríamos nuestra progresión con ejercicios de fortalecimiento de tobillo con tensores (bandas o gomas elásticas). Todo tipo de saltos, pliometría baja, frenadas con un solo apoyo, desplazamientos hacia delante y hacia atrás… pero respetando los tiempos de reposo y viendo la evolución y la respuesta de nuestro tobillo ante estos nuevos estímulos. Siempre podemos aumentar la intensidad de los ejercicios tapándonos los ojos.
La última fase de nuestra rehabilitación y puesta a punto sería trabajar la unión de varias acciones; desplazamientos con saltos, giros y aceleraciones con frenada, saltos a un pie y desplazamiento lateral… todos estos ejercicios son interesantes realizarlos con la pala en la mano y en la pista de pádel, para recuperar las sensaciones del jugador de pádel. Una vez finalizado con éxito estos ejercicios estamos capacitados para volver al ritmo de competición. Eso sí, es muy importante que estos ejercicios no caigan en el olvido y los introduzcamos en nuestra rutina de entrenamiento para fortalecer el tobillo y prevenir cualquier recaída.
Os dejo un vídeo resumen de todo lo expuesto.
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