Actualizado: 21/08/2023
Pedro Plantier, jugador y empresario comenzó a jugar con amigos y siempre se preguntaba por qué en España tenía tanto éxito y en su país no. Así que decidió abrir una empresa, Gesraquets y fue de los primeros en invertir en pádel. Con su socio construyeron tres pistas en el Club de Estoril, posteriormente otras tres en el Club Internacional de Fútbol y el año pasado dos pistas en el Club VII, en pleno centro de Lisboa.
Actualmente divide su tiempo entre dar clases de pádel y la administración de las pistas, sin dejar de jugar, su gran pasión. “Hay muchísimos jugadores españoles, sobre todo mujeres”. Ahora lo que no faltan son torneos, dentro y fuera del circuito profesional.
Catarina Vilarinho es una jugadora portuguesa que hace tres años empezó a jugar y no ha parado, da clases y cuando puede juega torneos. Trabaja en el mundo de la moda y ha encontrado en el pádel una posible oportunidad de negocio. “No existe ropa específica de pádel, usamos ropa de tenis y son deportes muy diferentes”, afirma. Por eso está pensando en crear una línea propia de ropa de pádel y si funciona bien “vamos a vender a España”.
El año pasado nació la Federación Portuguesa de Pádel, presidida por Ricardo Oliveira, también jugador de esta modalidad. Actualmente existen 55 clubes de pádel en Portugal y se calcula que hay alrededor de cinco mil practicantes aunque en este momento están federados menos de 300 jugadores. “Nos gustaría llegar a final de año con mil federados, estamos haciendo una apuesta importante para crecer como federación”, explica su presidente. Estrenan patrocinador, BMW, “y esperamos dar un gran salto”. Desde la federación apuestan por acercar este deporte a los más pequeños y por eso “vamos a dar ayuda para el transporte a los jóvenes que tengan que desplazarse más de 100 kms para jugar al pádel”, avanza Ricardo Oliveira, “porque ellos son el futuro del pádel en Portugal”. Dichos jugadores reciben 10 euros en concepto de transporte y otros 10 euros para comida por día de juego.
Actualmente tienen una campaña con la cual pagan 6 euros para federarse e incluye el seguro de 5,35 euros. Sobre los precios para jugar al pádel, el presidente de la federación asegura que “sigue siendo mucho más caro que en España donde un jugador paga una media de 3 euros por hora y en Portugal paga entre 5 y 6 euros”. El presidente de la federación considera que estos precios se deben a que las empresas que gestionan las pistas “quieren tener beneficios a corto plazo, ya en el tercer año”. En los últimos años se han multiplicado el número de torneos y el circuito profesional tiene este año el referido patrocinador, BMW. “Este año la federación organiza más pruebas pero queremos que próximamente sean los propios clubes los que se encarguen de ellas”, aclara Ricardo Oliveira. La federación portuguesa mantiene una excelente relación con la extremeña, “nos ayudan mucho para organizar los cursos de monitores y de árbitros”, añade. Interrogado sobre el porqué del pádel se convierte en un boom con más de diez años de atraso en relación a España, no duda al afirmar que “en Portugal todo llega con atraso, somos así”. En lo que se refiere al material deportivo, “encontramos aquí de todo, de muy diversos precios, con la fuerte presencia de marcas españolas”. Ricardo Oliveira llama la atención al hecho de que las grandes marcas de deporte, como Reebook, Adidas o Nike, entre otras, “no apuesten por esta modalidad teniendo en cuenta el alto número de practicantes que existen en todo el mundo”.
Fue una empresa española la que construyó la primera pista de pádel, Lisboa Racket Center, en Portugal, en la década de los 90, pero la modalidad no avanzó demasiado y únicamente jugaban los españoles residentes en la capital lusa. A finales de los 90 se construyeron dos pistas en el Club de Tenis de Vila Real de Santo Antonio (Algarve) y años después tres pistas en Quinta da Marinha (Cascais). Aparece así una asociación que comienza a promover el deporte y organiza un circuito de torneos sociales y competitivos. Además Portugal empieza a participar en todas las ediciones de los campeonatos europeos y mundiales. Aunque Lisboa sigue siendo la ciudad que más pistas de pádel tiene poco a poco se ha ido generalizando la práctica de este deporte por todo el país. Oporto, Guimarães, la zona del Alentejo, Madeira o Leiría, entre otros, en este último caso con inversión española. En Lisboa uno de los clubes más conocidos en la práctica del deporte, el Club VII, ha estrenado recientemente dos pistas de pádel. Patricia Costa, responsable de pádel de este club, asegura que fueron los propios socios quienes pidieron pistas de esta nueva modalidad. “Vienen muchos jugadores de fuera del club”, afirma, “y si todo va bien queremos construir más pistas cubiertas”.
El pádel se presenta también como una oportunidad de negocio ya que la inversión es relativamente pequeña (entre 15 y 20 mil euros la construcción de una pista) y se logra el retorno en un corto espacio de tiempo. Incluso se presenta como una oportunidad de trabajo, en especial para los profesores ya que ante la escasez que existe en muchos clubes los profesores de pádel no tienen el título como maestros de esta modalidad sino de tenis. “En algún momento esta situación se deberá invertir”, puntualiza el Ricardo Oliveira. Mientras, el boca a boca y la organización de tantos torneos ayudan para que cada vez este deporte este en un nivel superior.
Fuente: abc.es
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