Actualizado: 23/10/2017
Qué difícil se hace comentar una final sin color, sin brillo, sin emoción. El público lo disfrutó, pero se fue del Arena Alicante con ganas de más. La culpa fue de los “insaciables” Juan y Bela, que no para de coleccionar trofeos y van expresos rumbo al objetivo de permanecer 10 años en lo más alto del ranking.
Una aplastante superioridad de los campeones desde el primer minuto. Habían transcurrido apenas 7 minutos de partido y ya estaban con ventaja de 3-0 en el marcador, tras romper en blanco el servicio de Juani Mieres.
Los “príncipes” estuvieron arrinconados, pegados al cristal, sin encontrar el camino para llegar a la red. Bela estuvo exuberante, con los cinco sentidos bien puestos, dejándose la piel en cada bola, saliendo como loco de la pista para no dar ninguna por perdida a pesar de la abultada diferencia en el marcador.
La nueva ruptura al saque de Juani en el sexto juego sentenció el primer set que se consumió en apenas 22 minutos.
Se aguardaba la reacción de Lima-Mieres pero… nunca llegó. Como se suele decir habitualmente “tiraron la toalla” antes de tiempo, tras el interminable primer juego del segundo set. Fue tal vez el momento clave del partido.
Con el saque de Lima, levantaron 7 bolas de break, hasta que en la octava y después de 11 minutos de juego -justamente la mitad de lo que duró todo el primer set- Juan y Bela acabaron consiguiendo el break.
Juego definitivo, punto sicológicamente importante que terminó por hundir a los “príncipes”. Ni los aplausos y el aliento de los 1.500 espectadores fueron suficientes para cambiar el ánimo de Lima y Mieres. Es más, surtieron el efecto contrario, incrementaron las ansias de los depredadores Díaz-Belasteguin que consiguieron dos nuevas rupturas en el quinto y séptimo juego para poner punto final al torneo alicantino.
Cuarto título para los números 1 en los seis torneos que han disputado este año. Cifra envidiable, para seguir incrementado el palmarés y la colección de trofeo, pero fundamentalmente para acercarse aún más al objetivo de permanecer 10 años en lo más alto del ranking. Más “reyes” que nunca.
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