Actualizado: 07/10/2015
Resalta el nacionalismo. Por el bolsillo del pantalón escapa un ángulo del documento. El idioma es el mismo y muchas costumbres también, pero Argentina y España están separadas por un Océano Atlántico sobre el que vuelan los mejores jugadores de pádel de América del Sur.
Cata Tenorio fue otro eslabón más en la cadena que marcó una tendencia: despegar para ser. Filosofía cero, neta practicidad. La seductora estructura del Pádel Pro Tour es a las claras una oferta indeclinable de iniciativa propia. Una NBA latina con un caudal de recursos excesivamente menor pero que promete, en mediano y largo horizonte, expandirse por inhóspitas latitudes. Cuando los curiosos busquen los nombres de los mentores que formaron, colaboraron y jerarquizaron este deporte será hábito en sumario el de la ex tenista (abandonó la raqueta a los 17 años) oriunda de Paraná. Le agregó a su ficha la profesión de madre mientras ajusta la mira en el número uno con la madrileña Icíar Montes. Mujer todoterreno.
¿Qué lectura hacés de tu temporada hasta el momento?
Como habíamos pensado estamos yendo de menos a más. El arranque fue un balde de agua fría, pero también sirvió para conocernos más y principalmente ante una situación complicada, porque de ser candidatas a meternos en la final y perder en octavos es duro. De eso aprendimos también y dos meses después, en Barcelona, estábamos ganado otro torneo. Llevamos además dos finales y creo que muchas parejas quisieran estar en esa posición. Solo una pareja está por encima de nosotros.
¿Esperabas algo diferente junto a Iciar?
No, sabemos que somos dos jugadoras experimentadas pero como parejas somos una pareja nueva que hay que tiene que conocerse para sacar el máximo rendimiento de cada una. Con Iciar sabía que podía aspirar a finales. Hemos llegado a finales y hemos ganado un torneo también. En cambio el año pasado lo máximo que llegue fue semifinales.
¿Frustra o motiva el fenomenal dúo de Carolina Navarro y Cecilia Reiter?
Ni una cosa ni otra. Ellas llevan tres años juntas jugando finales y ganando torneos, entonces eso les da una confianza extra. Desde el primer entrenamiento con Iciar nos planteamos y hablamos de mejorar y compaginar nuestro juego independientemente de la pareja que esté enfrente. Hay muchas parejas antes a superar para llegar a la final y no te podés distraer.
Marginando las posiciones, ¿quién es la que más espectáculo brinda?
Depende de lo que busques o las cosas que le gustan al público. Carolina es una jugadora de potencia, Iciar es una jugadora muy precisa e inteligente para jugar. Valeria, Cecilia o yo somos jugadoras aguerridas y luchadoras en la pista que no damos ni una bola por perdida y en más de una oportunidad terminamos en el piso para agarrar una pelota. Especialmente yo.
¿Cómo trabajás tu preparación física, mental y con los entrenamientos en cancha?
Por lo general la parte física todos los días de lunes a viernes e incluye unos 40 minutos de aeróbico o desplazamientos en la cancha y después pesas y estiramientos. Pádel hacemos tres veces por semana una hora y media y otro día también partido. Calculá unas dos horas y media a tres horas por día aproximadamente.
¿Hay algún aspecto de tu juego que todavía, a los 36 años, te deja insatisfecha?
Siempre hay cosa para mejorar. Yo personalmente me cambié de lado de la pista a jugar entonces tengo cosas nuevas para practicar a nivel técnico. A nivel mental también tenés que mejorar cosas porque te encontrás con situaciones nuevas cada día y la comunicación con la compañera también es fundamental.
¿Cuántos tiempo más pensás seguir?
Mientras pueda y tenga ganas de competir lo jugaré. Me divierte competir y ahora lo puedo compaginar con la maternidad. Cuando los resultados o las ganas no me acompañen continuaré enseñando, algo que también me gusta mucho.
Estando vos inmersa en una política deportiva española que invierte en atletas, equipos, formadores y nuevas tecnologías para fomentar el crecimiento invariable, ¿Argentina se quedó estacada a una visión arcaica que desnuda miserias en, como ahora, los Juegos Olímpicos?
Siempre hay esas diferencias entre países. Hace diez años que vivo en España y tienen muchas cosas resueltas los deportistas españoles pero también no la saben valorar o aprovecharlo a veces. Los argentinos seguimos teniendo más hambre. El esfuerzo es mayor y el umbral de sufrimiento para entrenar o para sobrevivir es más alto que los deportistas españoles. Por ejemplo en pádel siguen saliendo jugadores argentinos buenísimos y están dispuestos a dejar al país para competir en España. Muchos chicos españoles dejan la competencia porque tienen que estudiar y les resulta mucho esfuerzo, y por ejemplo Fernando Belasteguín, siendo el número uno, entrenando cuatro horas por día y con los compromisos que tiene, se hizo una carrera. El que quiere puede.
Entrevista realizada por banquetedeportivo.com.ar
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