Actualizado: 25/04/2022
Nos hacemos eco de un artículo publicado por el diario ElMundo.es sobre Vanessa Alonso y su marca de ropa deportiva Smash-it, desde padelgood te deseamos la mayor de las fortunas!!!!
Siempre tuvo una mentalidad emprendedora y “un gusanillo dentro” que le animaba una y otra vez a crear una empresa. Por eso, Vanessa Alonso no se lo pensó dos veces a la hora de fundar su propia marca de ropa deportiva para mujeres, ‘Smash-it!’.
Con sus originales y funcionales diseños, la creadora ha llenado de feminidad las pistas de pádel, pero en esta fantasía hecha realidad no todo ha sido un camino de rosas. Aunque Vanessa lleva dos años trabajando en este proyecto, no fue hasta este verano cuando decidió lanzarse a la aventura de crear su negocio, después de que la empresa donde trabajaba cerrara su delegación en Madrid.
“Todo nació como un simple ‘hobby’, yo jugaba al pádel y cuando me iba a comprar ropa no encontraba nada que me gustara, siempre terminaba comprándome cosas de tenis bastante caras. Poco a poco, empecé a descubrir que las pistas estaban repletas de mujeres, que este deporte te permitía ponerte cosas más femeninas y quise hacer un pequeño estudio de mercado”, explica la creadora.
Y así, con su plan de empresa y casi sin darse cuenta, había fundado un proyecto. “Mientras trabajaba, buscaba proveedores y a la par iba haciendo dibujos de la ropa que quería. Casualmente, en mayo de este año me despidieron y dije: ‘Es mi oportunidad'”, relata la diseñadora, que empezó ‘equipando’ a familiares y amigos y ha terminado vendiendo sus modelos en cinco tiendas, tres en Madrid y dos en Palma de Mallorca, además de en su página web.
Siempre vinculada al mundo empresarial y con varios cursos de diseño en su haber, Alonso ha trabajado muy duro para fabricar su sueño. “He tenido que hacer malabares, porque nadie te presta ayuda si no tienes una inversión en un local y maquinaria. He empezado gracias a que he capitalizado mi paro, porque si pides un crédito y te sale mal te vas a la ruina y tienes un estigma para toda la vida”, asegura Vanessa.
Quizá por ello le encanta aconsejar a la gente que está empezando. “Para llevar a la práctica una idea, tienes que ser realista. Es muy bonito montar tu propia empresa y decir que eres emprendedor, pero hay que tener la cabeza muy bien amueblada. Si no la puedes llevar a cabo como piensas, simplifícala al máximo, y a partir de ahí empieza a andar y crecer”.
En opinión de la diseñadora, en España no hay apoyo a los emprendedores: “Es triste, pero es así. En países como Estados Unidos, si tienes tres proyectos y los tres te salen mal eres un héroe que sabe tres formas de cómo no hacer las cosas. Aquí, en cambio, no te dan ni una segunda oportunidad, a la primera de cambio eres un bulto sospechoso”.
A pesar de todo, ella se ha lanzado a la piscina con el único valor de sus diseños. “Mi concepto del comienzo es muy simple, trabajo en mi propia casa con mis bocetos y he buscado personalmente a proveedores españoles“.
El proceso arranca con unos folios y pinturas de colores. La creadora hace sus dibujos y los llena de anotaciones donde va indicando los acabados, los cortes… Después, manda los diseños a la patronista, de ahí pasan a un taller y, por último, prueba los patrones en pista para así mejorar cada prenda. “Mi idea se centra en ropa cómoda, muy femenina y con tejidos que duran toda la vida. Son diseños llenos de originalidad, muy coloridos y con estampados creados por mí“, afirma.
Practicar pádel le ha ayudado mucho, porque iba aplicando en sus prendas todo lo que echaba en falta, como los bolsillos a los lados para guardar las pelotas. “Al tratarse de una ropa en constante movimiento, que se suda a diario y se lava mucho, he tenido muy en cuenta la calidad”, añade.
El ‘remate’ final
El nombre de la empresa surgió mientras la creadora de ‘Smash-it!’ escuchaba a Black Eyed Peas, uno de sus grupos favoritos. “Me gustó mucho porque la canción decía algo así como ‘Vamos a petarlo’, y como yo acababa de salir al mercado pensé que era una combinación divertida, ya que el ‘smash’ también es un golpe de tenis. Además, era muy neutro”, recuerda sonriendo.
El logotipo, una muñeca a la que no le falta detalle, se diseñó gracias a la colaboración de una compañera arquitecta que tuvo la idea de plasmar una silueta femenina suspendida en el aire. Un remate muy visual y que fijaba a la perfección el concepto de la marca.
Centrada en el pádel, Vanessa no descarta ampliar sus diseños a otros deportes en un futuro. “Cada vez hay más chicas que hacen ‘running’ en falda y esta ropa es muy cómoda porque las falditas tienen su pantalón por dentro con una tira muy fina de silicona para que no se mueva al hacer deporte”.
Basándose en modelos de finales de los 70, la creadora ha sabido coger ideas de un lado y otro para inspirar sus colecciones. “Se trata de observar mucho, reciclarse continuamente, estar al día con todo lo que va saliendo, la tecnología aplicada al textil…”. La diseñadora define sus precios como “honestos”: “A mí no me cuesta 3 euros hacer una falda, desde luego que no, pero tampoco pretendo hacerme millonaria”.
Siempre dedicada a su negocio, a veces le dan las tantas y cada vez sale menos con sus amigos. “Todo es sacrificio y siempre sueñas con tener un día tu propia tienda, pero yo soy muy cautelosa”. Aún así, no deja de soñar: “Sé muy bien lo difícil que está todo ahora, pero me encantaría crecer muchísimo y crear una firma de referencia en el mundo del deporte”.
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