Actualizado: 18/07/2017
Hola a todos, me llamo David Peris Delcampo, soy psicólogo del deporte y experto en coaching. Hoy os voy a hablar sobre la obligación de ganar o la ilusión por jugar en padel.
Un partido de pádel. Una de las dos parejas es favorita. Además “necesita” ganar para conseguir un resultado que les va a mantener en un lugar de privilegio, donde “deben” estar. Para ellos, todo lo que sea ganar es “normal”. Tienen la presión de vencer, la obligación de ganar. Son muy buenos, seguramente bastante superiores a sus rivales.
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La otra pareja entiende que lo “normal” es perder el partido. Sus rivales han logrado éxitos importantes y están en una situación de privilegio en el ránking. Ellos tienen calidad pero asumen que sus contrincantes son mejores que ellos. Juegan el partido con la ilusión y el reto de crear verdaderos problemas a sus rivales, apurando al máximo sus opciones de victoria (aun a priori pocas opciones de triunfo).
Empiezan a jugar el partido. El choque se iguala, tanto que cada uno de los contendientes gana un set. Y se juega el tercero.
En el tercero, desde fuera, se percibe cómo la pareja favorita empiezan a mostrarse como inquietos. Se lamentan mucho por sus errores y cuando hablan entre ellos están como discutiendo o “animándose” con un “tenemos que ganar”. Esta aceleración (que a veces se convierte en “bloqueo”) se traduce en errores no forzados que les están complicando mucho el partido.
La pareja que va de “víctima” se siente a gusto jugando. Siente que está dándolo todo, que sabe cuáles son sus limitaciones y también sus virtudes: buscan dar su máximo en ese partido con la ilusión de lograr un reto importante.
¿Quién tiene más opciones de ganar?
Existe una gran diferencia entre “tener que ganar” y la “ilusión por lograr un reto muy atractivo”. Cuando existe una obligación en lugar de ilusión por lograr retos importantes haciendo lo que realmente puede hace cada uno, la mano se encoge, las decisiones son peores, el nivel de activación aumenta, los errores no forzados soy mayores, aparecen también emociones negativas…
Cuando se funciona con la ilusión por lograr algo realmente estimulante haciendo lo que realmente depende de uno, todo fluye. Los golpes simplemente salen, las decisiones son mayormente correctas, se anticipa golpes realmente complicados… se “fluye”. Es lo que se llama el “estado de flow”. “Simplemente” se toman las decisiones adecuadas, se disfruta, se hace “lo máximo que se puede” (a veces incluso parece que más del hipotético 100%) y se juega con su máxima expresión.
Los grandes jugadores son capaces de lograr un estado óptimo de funcionamiento, muy cercano al “flow” aun cuando las exigencias son máximas. Son capaces de aplicar estrategias psicológicas o mentales para centrarse en lo que realmente depende de ellos, luchando hasta el final con la ilusión (que no obligación) por lograr algo apasionante. Pero no es fácil.
¿Cuántos de nosotros hemos visto o incluso jugado partidos donde íbamos de víctima o de favorito? ¿Cómo ha influido eso en nuestro juego? ¿Qué estilo motivacional (obligación de ganar vs. ilusión por un reto apasionante) hemos utilizado en este momento? ¿Cómo influye en nuestro juego?
Seleccionar las estrategias adecuadas, entrenarlas adecuadamente para automatizarlas aplicándolas sobre todo en momentos más complicados nos ayudará a acercarnos a ese estado óptimo donde “todo sale”. Los más grandes lo hacen. Las personas que funcionan muy bien en momentos complicados lo hacen.
Severino Iezzi (pensar en el juego).
Juan Martín Díaz (confianza).
Marta Ortega (gestión del éxito y del fracaso).
Alejandra Salazar (Confianza).
Iciar Montes (entrenar aspectos psicológicos).
Maxi Castellote (Confianza).
Patty Llaguno (Confianza).
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