
Viendo una final de Roland Garros me dí cuenta lo importante que es tener confianza en sí mismo y en nuestro juego. Roger Federer, mejor tenista técnicamente que Rafa Nadal, no conseguía desarrollar su juego por falta de seguridad personal y miedo al rival que tenía enfrente. Tras el partido comentaba; “Rafa gana cuando yo no juego bien”. Pero, ¿por qué no suele jugar bien Federer cuando se enfrenta a Nadal? Una de las causas, la falta de confianza.
La confianza es la creencia de que puedes hacer realidad un comportamiento deseado. Cuando se encara un partido con temor, con miedo al rival, con un sentimiento de inferioridad, nunca podrá ser el medio para sacar lo mejor de nuestro juego.
La confianza tiene que ver con una expectativa realista respecto a lo que uno puede verdaderamente hacer para conseguir un determinado objetivo. Conlleva una percepción del control de la situación muy acusada, al conocer el jugador sus posibilidades y sus limitaciones.
Por tanto, no quiere decir que el jugador crea “ciegamente” que “va a ganar” o que “jamás cometará errrores”, sino que tengan la convicción, objetivamente apoyada, de que posee los recursos suficientes para ser capaz de vencer y de superar los errores que inevitablemente tendrá que cometer. Por ello, vamos a ver unas pautas y situaciones para mejorar nuestra confianza.
1. No te pongas demasiado serio, es solo un partido de pádel.
Para poder rendir debes comprender que un partido de pádel es sólo un medio para poner tus habilidades a prueba, nada más. Debes darlo todo, estar concentrado, animándote constantemente, y al final sucederá lo que tenga que suceder, sin dramatizar la derrota ni ensalzar la victoria.
2. Diviértete.
Diviértete jugando. No jueges a pasar bolas, intenta buscar la iniciativa, ser ambicioso y valiente, sin preocuparse demasiado por el fallo, es parte del juego. Intenta aprender de cada punto.
3. Nunca te rindas.
El pádel es un juego de punto a punto, puede dar giros inesperados, puedes ir 5-0 arriba y de repente 5-5. No se penaliza el fallo, sino el conjunto de fallos.
4. Cree en ti mismo.
Cada uno poseemos un nivel de pádel, pero no podemos jugar siempre al 100%, por lo que podemos jugar con una pareja superior, si ellos no tienen su mejor día y nosotros sí podemos ganar. Respeta al rival, pero cree en tus posibilidades: “Yo también sé jugar al pádel”
5. Imagínate en situaciones exitosas.
Es importante que ante puntos de break, set ball o match ball, realicemos una visualización positiva. Además, en el calentamiento de un partido es importante imaginarse jugadas donde ganamos los puntos, o visualizo situaciones de éxito personal.
6. Incrementa tu preparación física.
El sentirte fuerte, en forma, hará que confíes más en tus posibilidades, ante la fatiga el sistema nervioso pierde coordinación, por consiguiente, nuestro juego también. El pádel es un juego de desgaste, alguien puede jugar muy bien el primer set, pero nuestro objetivo es llegar también bien al tercer set, donde mi condición física puede hacer que tenga mayor precisión en mis golpes.
7. Juega contra parejas débiles en alguna ocasión.
Es importante que de vez en cuando juguemos contra parejas de menor nivel para coger confianza. Podemos marcarnos otros objetivos (traernos más bolas, sacarla por 3, tener más consistencia…).
8. Elimina los pensamientos negativos.
Si piensas que no puedes, lo mejor es que no compitas. Hay que poner nuestras habilidades a prueba.
9. Mantén un lenguaje corporal positivo.
Mi cuerpo es un reflejo de mis pensamientos, hay que estar animado, activado de pies, dinámico, todo ésto hará que nuestro rendimiento mejore. Hay que tener un lenguaje corporal similar tanto por encima como por debajo del marcador, nadie podrá saber el marcador observándome.
10. No hagas ídolos de tus oponentes.
Nunca te sientas inferior a nadie. Todos jugamos al pádel, todos sabemos jugar, por tanto, confía en tu juego, no tengas miedo a nadie y cree en la victoria. Si pierdes, aprende de la derrota.
Por otro lado, un exceso de confianza provoca en los jugadores una seguiridad falsa de sí mismos. Su rendimiento disminuye porque creen que no tienen porqué prepararse y esforzarse para ganar un partido. Este exceso hace que nos relajemos y no nos concentremos al máximo antes y durante el partido, provocando fallos y enfados con nuestra pareja. El rendimiento mejora a medida que aumenta el nivel de confianza, hasta el punto óptimo, a partir del cual al aumento de la confianza le corresponde una disminución en el rendimiento.
Espero que os sean de ayuda estos consejos, y recordad… ¡Sin confianza no hay victoria!

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