Actualizado: 30/08/2018
Y llegó el día, ese que venían buscando desde el primer torneo en Mendoza (Argentina). Luego de estar presentes en diez semifinales consecutivas, Hernán Auguste y Matías Díaz dieron el salto a la gran final. Y lo hicieron, además, por la puerta grande, dando la “campanada”, eliminando a los principales candidatos al título, Juani Mieres y Pablo Lima, por 2/6, 6/4 y 6/3.
Han pasado algunas horas desde la finalización del encuentro y nos cuesta aún entender ¿qué ocurrió? Esa misma pregunta que seguramente se harán durante algunos días los “príncipes” Lima y Mieres.
Eran los “dueños” del partido desde el primer minuto. Dominaron a su antojo, tuvieron como locos a sus rivales y todo se dio vuelta en un segundo.
Auguste y Díaz comenzaron fatal, pero eso también lo provocaron Juani y Pablo, que jugaron a toda velocidad, ejerciendo mucha presión y haciéndonos recordar a los de la pasada temporada.
En apenas 25 minutos se hicieron con el primer set por un contundente 6/2 y diez minutos más tarde ya habían logrado un nuevo break y una ventaja de 3-1 en el segundo set. Pero, desde ese momento, el partido dio un giro de 180 grados. Auguste y Díaz rompieron el servicio de Juani , igualaron la eliminatoria a 3 y se fueron a por ellos. Les ganaron la red, se aprovecharon de los errores de sus rivales y tras una nueva rotura al saque de Mieres en el décimo juego, forzaron la definición en el tercer set.
Y allí ganaron las ganas, la fe y el corazón. Esa que tuvieron el Bebe y Matías para dar vuelta un encuentro increíble, sumamente emotivo y que reconocieron con aplausos los casi 3.000 espectadores presentes en el Sport Club Reserva del Higuerón.
La rotura al servicio de Auguste en el primer juego del tercer set y la posterior consolidación, pareció devolver a los príncipes al partido. Pero fue sólo un espejismo, porque increíblemente volvieron a desaparecer, regresaron las dudas y los nervios cuando los rivales recuperaron el break en contra en el cuarto juego y siguieron de largo, para acabar festejando con un emotivo abrazo en el centro de la pista.
De casi eliminados a la final.
El jueves estuvieron a punto de irse a casa y ayer se metieron en la final. Increíble, pero cierto. Seba Nerone y Sanyo Gutiérrez dieron vuelta la historia en apenas 48 horas. Tal vez esa remontada del 0-4 en el tie break ante Gisbert y Company, fue clave para todo lo bueno que vino después y que acabaron de cristalizar este sábado derrotando en semifinales a Maxi Grabiel y Fernando Poggi por 6/3 y 7/6.
Ganó el que menos errores cometió, así de simple, así como lo definió el propio Nerone a escasos segundos de salir por la puerta de la pista. Pero de poco importaba la forma en que lo consiguieron, lo verdaderamente importante era el resultado y este marcaba que Seba y Sanyo estaban por primera vez en una final.
Con un solo break en el primer set, el del octavo juego, Nerone y Gutiérrez comenzaron a cimentar este importante logro, que acabaron por definir en el tie break del segundo.
Como era de prever, un encuentro sumamente igualado, que se resolvió por escasas diferencias y los errores no forzados en los momentos importantes del choque.
Sanyo no se lo podía creer, ya que será su primera final en un torneo de Padel Pro Tour, y por ello lo celebró emocionado junto a su amigo Alex, quien como todos los años se hizo más de 11.000 kilómetros desde San Luis (Argentina) para verlo en vivo. Y vaya si mereció la pena el viaje este año.
Este domingo, desde las 20 horas, tendrá lugar la gran final de los VIII Internacionales Reserva del Higuerón, en la pista central del Sport Club.
Textos: Oscar Solé.