Actualizado: 13/07/2017
Angel Izquierdo, jugador del VIBOR-A Team, narra en primera persona la experiencia que compartió con su compañero Jacobo Blanco en la primera prueba internacional del WPT celebrada en Lisboa.
La pasada semana disputamos la primera cita internacional del año. Teníamos ganas de ver cómo montaban un WPT en el extranjero, el trato que nos darían, el interés de la gente por este deporte fuera de España y un sinfín de incógnitas que se te plantean cuando sales de tu país. Decidimos viajar en coche ya que desde Madrid son unas cinco horas y media de viaje. Arreglamos entre varios compañeros (Jacobo, Víctor Sánchez, Ernesto Moreno y un servidor) para ir juntos y ahorrar gastos.
El viaje de ida no se nos hizo demasiado largo. Salimos sobre las 12:30 h. del lunes 7 de octubre después de recoger a todos y llegamos aproximadamente a Lisboa sobre las 18:00 h. después de perdernos al entrar en la ciudad debido a que en un principio no me iba el GPS por no tener Internet allí. Eso fue uno de los inconvenientes de jugar fuera. Aunque Portugal esta muy cerca, tienes la sensación de estar incomunicado. Además, en el hotel no disponíamos de WIFI en las habitaciones, solamente había en el hall del hotel. Era muy gracioso ver a todos los jugadores en la recepción sentados en los sillones como posesos intentando comunicarse con las familias.
El club donde se organizó el torneo, el Lisboa Racket Center, es un club donde mayoritariamente se juega al tenis. A mi, particularmente, me encantan este tipo de clubes con una pista central de pádel bien montada, con un aforo, a mi modo de ver, apropiado para la afluencia de público que iba a haber. No me gustan mucho los grandes pabellones que finalmente se quedan a media entrada, dan la sensación de sitios fríos en los que no se llega a conectar con el público.
Lo que sí podía haber sido un aspecto a mejorar fueron las pistas secundarias. El bote de la bola era horroroso. Más tarde me enteré de que la moqueta la habían puesto nueva solamente dos días antes, lo cual hacía muy difícil jugar en ellas.
El torneo, deportivamente, nos fue bien. Podíamos haber pasado el primer cruce del cuadro de haber aprovechado muchas oportunidades que tuvimos en nuestro partido contra Peter Alonso y Mati Nicoletti, pero ciertamente en los momentos importantes, ellos jugaron muy sólidos. Anteriormente conseguimos pasar la previa ganando a De Paiz/Ruiz (pareja que nos había ganado hacía dos semanas en Granada) y Moreno/Capra, dupla siempre durísima. A ver si nos acompañan los resultados en lo que queda de temporada y conseguimos el año que viene meternos directamente al cuadro. Es complicado para los jugadores que llegamos desde la previa estar a la altura según vas superando cruces. Por poneros nuestro ejemplo en Lisboa, en el trascurso de 24 horas jugamos tres partidos, los dos últimos muy duros. Y todo esto después del viaje en coche desde Madrid. No llegas ni por asomo en condiciones óptimas, este es uno de los motivos por lo que nos cuesta tanto avanzar cuando conseguimos meternos entre los mejores.
Poco tiempo tuvimos para conocer la ciudad entre viaje y partidos. Pudimos salir a cenar el martes por la noche por el centro y poco más. Después de perder nuestro partido de cuadro, vuelta a Madrid, llegando sobre los primeros minutos del jueves 10 de octubre. En fin, una paliza de viaje, pero una bonita experiencia jugar fuera de nuestro país y ver cómo el pádel va creciendo poco a poco.
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