Actualizado: 11/10/2017
Os dejamos la entrevista que los amigos de padelazo ha realizado al jugaodor Alejandro Ruiz Granados, donde habla entre otras cosas de su separación de Guille Demianiuk.
Guillermo Demianiuk y tú acabáis de romper un proyecto común que iba para dos años y se ha quedado en cuatro meses. ¿Qué ha pasado?
Con Guille ha sido una etapa muy buena, pero no ha podido ser. Estos cuatro meses no hemos tenido los resultados que esperábamos. Pero hemos acabado muy bien, como amigos. Ahora voy a jugar con Héctor Perona. Ya he jugado tres o cuatro torneos con él, contra parejas como Gisbert y Company o Lima y Mieres, y hemos hecho resultados muy buenos. Personalmente me he sentido muy bien dentro de la pista con él. Perona saca mi mejor juego. Ha jugado mucho con zurdos y la verdad es que se acopla bien conmigo en la pista.
¿El acuerdo con Perona es hasta el final de la presente temporada?
Perona me propuso jugar toda la temporada, pero le dije que no. Le dije de hacerlo torneo a torneo y ver cómo vamos. Después hay malas sensaciones, pasa cualquier cosa en la pista, viene un compañero mejor, y acabamos jugando juntos por jugar. Yo creo que vamos a estar todo el año.
¿Cuál crees que ha sido el factor determinante para que no funcionase la pareja con Demianiuk?
Lo que ha fallado ha sido la falta de paciencia por parte de los dos. Hemos querido tener resultados muy pronto. Guille en el revés, físicamente es una bestia. Está muy bien. Le falta acoplarse un poco más. Pero el fallo ha sido la paciencia. Los tres torneos PPT que hemos jugado no hemos podido sacar todo nuestro juego, excepto en el Campeonato de España. Ahí jugamos muy bien, a nuestro nivel, pero en los otros no hemos podido hacerlo. Ha fallado la paciencia, y en el caso de Guille, paciencia no puede tener porque él ya está arriba.
¿De esta etapa, con qué te quedas?
La verdad es que lo que más me ha impactado con Guille es su constancia, su esfuerzo. El trabajo que hacíamos antes y después de los partidos. La táctica, la recuperación.
A partir de septiembre, se produce un cambio muy importante en tu vida personal y deportiva. Te vas a estudiar a Madrid y a entrenar allí. ¿Con quién?
Voy a empezar a entrenar fuerte. Todos los días. Mi propósito es mejorar cada día mi juego. Voy a entrenar con Hernán ‘Bebe’ Auguste, va a ser como mi manager. Estoy muy ilusionado y muy contento porque creo que es un momento muy importante en mi carrera deportiva.
¿Cómo llevas este cambio a nivel personal?
Con muchos nervios. Es algo nuevo pero tengo muchas ganas y mucha ilusión. Me gusta afrontar las cosas nuevas con muchas ganas y con mucho sacrificio. Durante toda mi vida ha sido así. Como mi meta es llegar al número uno, ahí está la clave para ir subiendo escalones.
A nivel deportivo, también dejas en Málaga a una familia en el Ocean Pádel, ¿no? Sentirás algo de nostalgia, ¿verdad?
La verdad es que sí. Me da pena dejar a Ernesto (Moreno), con quien he jugado casi toda mi vida; a Jordi (Muñoz), con quien he pasado un año muy bonito y muy bueno, y ha sido un entrenador espectacular.
¿Qué tienes que mejorar como jugador?
Tengo que mejorar el aspecto técnico y la mentalidad. Y mucho aspecto de posición, físico, coordinación, la defensa tengo que mejorarla mucho. A partir de septiembre con el Bebe, a ver si podemos hacerlo.
¿Cómo es la experiencia de estos dos años en el circuito Pádel Pro Tour?
En cada torneo se ve una gran profesionalidad. Antes no había tanta, va aumentando. Es muy bonito, vienes de jugar en tu barrio y de repente, te ves en un circuito profesional con los mejores del mundo. Es una experiencia muy bonita y estar ahí es un privilegio.
¿dónde te ves en el futuro? ¿Cuál es tu meta?
Desde chico siempre he tenido en la cabeza llegar a ser número 1 del mundo. Mi ídolo es Juan Martín Díaz y he soñado con llegar a vencerle.
A punto de emprender un punto de inflexión en tu carrera, echemos la vista atrás. ¿Recuerdas tu inicio en el pádel?
Empecé en La Capellanía. Estaba jugando al tenis; entrenaba pero no competía. Un día mi padre me dijo si quería probar otro deporte. Me enseñó la pista de pádel que hicieron de muro con el suelo de cemento. Empecé a entrenar con Alfredo y la verdad es que me gustó bastante. Hice buenas amistades. Fui poco a poco hasta que vino Chema Figuerola y me ofreció jugar un torneo de la federación. En ese momento me ilusioné mucho. Fue con 10 años. En Nueva Alcántara. A Ernesto Moreno me lo presentó un amigo de la infancia, Kevin. Llegamos a la final contra los campeones de España. El primer set muy igualado. Y en el segundo acusamos la inexperiencia y nos metieron un 6-0. Recuerdo que estaba muy nervioso. Era para mí algo muy importante. La Capellanía nos había uniformado, íbamos los dos iguales, era para nosotros algo increíble. Aunque cuando entré en la pista se fueron los nervios.
¿Cuál ha sido tu mejor momento hasta ahora dentro de una pista de pádel?
El Campeonato del Mundo (de 2009 en categoría cadete). Cuando Andoni (Bardasco) estrelló la bola en el cristal (en la final) fue un momento de parón. Dije: “soy campeón del mundo, no me lo creo”. Vi a mi compañero (David García) tirado en el suelo, llorando. Me fui para él, me tiré encima, nos abrazamos. Fue un momento espectacular.
¿Y el peor recuerdo?
Una discusión con dos rivales. Eran más grandes que nosotros. Estábamos jugando un campeonato por equipos en La Capellanía. Fuimos con Matías Marina a Churriana a jugar la 1ª de un torneo. Hablamos con los rivales para decirles que llegaríamos algo más tarde, una hora o así. Cuando llegamos, nos dimos la mano, comenzamos y todo bien. Ganamos el primer set 6-4 pero empezaron a apabullarnos, a decirnos tonterías, a insultarnos. Teníamos 13 años. Nos pusimos a llorar en la pista. Acabamos perdiendo. No teníamos experiencia y nos sacaron del partido.
En tu trayectoria en el pádel, para llegar a donde has llegado, ¿qué te has perdido?
Con el pádel, he perdido parte de la juventud. Las fiestas con amigos, el contacto con muchos amigos de la infancia a los que ahora no veo mucho. He tenido que entrenar muchos dias de cinco a ocho y estudiar después de ocho a doce. No he tenido tiempo para nada. Sí he ido al cine o a dar una vuelta con los amigos, pero las fiestas las he tenido que dejar aparte.
¿Con quién te has sentido más cómodo en la pista en todos estos años?
Con Ernesto Moreno me he sentido muy bien jugando durante los años de menores. Con Matías Marina también, han sido dos años espectaculares y espero que en un futuro nos encontremos.
¿Cómo te defines como jugador?
Como jugador soy bastante trabajoso, me gusta conseguir las cosas difíciles, soy muy sacrificado. Siempre tengo muchas ganas y mucha ilusión.
¿Prefieres los puntos rápidos o más trabajados?
Soy más de puntos rápidos, más agresivo.
¿Tu mejor golpe?
Mi volea de derecha, al ser zurdo, en paralelo, hace mucho daño. El diestro no está acostumbrado a esa bola.
Es curioso. Destacas tu volea pero no tu remate. Sin embargo, eres capaz de sacar la pelota por tres metros con mucha facilidad desde detrás de la línea de saque. ¿Eso se aprende o se trae de fábrica?
Eso me salió una vez, y a partir de ahí fue mejorándolo poco a poco. Por supuesto que se aprende, pero tienes que tener algo para que te salga.
¿Eres impulsivo en una pista o más racional a la hora de llevar a cabo una estrategia?
Soy bastante impulsivo. Puedo seguir una táctica, pero a veces me salgo de esa táctica. Con Guille Demianiuk me ha pasado muchas veces. No es mi estilo. Voy a mi aire.
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